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En búsqueda del desarrollo

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Luego de alcanzar la independencia en 1810, Colombia afrontó diversas guerras civiles entre los miembros de bandos que tenían diferentes posiciones frente al rumbo que el país debería tomar después de haber derrotado al Imperio Español. Las disputas entre Federalistas y Centralistas o Liberales y Conservadores, fueron algunas de las guerras responsables de que al final del siglo XIX, Colombia fuera un país pobre, poco industrializado, analfabeta e inhabitado.

 

 

Fotografías del contexto social que vivía Colombia entre siglos XIX y XX, como la guerra civil, las batallas entre liberales y conservadores, la guerra de los Mil Días y los niños guerrilleros en el Tolima. 

(Fotos tomadas de La Red Cultural del Banco de la República / www.banrepcultural.org)

El conflicto era una realidad desconocida solo para las élites privilegiadas del país. La Guerra de los Mil Días (1899-1902) por ejemplo, dejó aproximadamente 100.000 muertos, cuando la población total del país, según el libro 'Gente muy rebelde (2002)', alcanzaba escasamente los 3 millones y Bogotá tenía tan solo 78 mil habitantes.

 

Negociar con otras naciones para obtener aliados estratégicos, fue una labor difícil, pues la calidad de vida en el país era extremadamente precaria. En 1900 la esperanza de vida en Colombia era de 28 años y de cada 1000 niños, 240 morían debido a las múltiples enfermedades causadas por las pésimas condiciones de salubridad.

En la búsqueda del objetivo de entablar relaciones comerciales con diferentes naciones del mundo, Colombia firmó en 1908 el Tratado de Cooperación, Comercio y Navegación con Japón, un país que igualmente, buscaba con desespero, impulsar el desarrollo industrial y mejorar la calidad vida de sus habitantes.

 

Durante las reglas rígidas del régimen Tokugawa (1603 - 1868) que prohibió la entrada de extranjeros y la salida ilegal de japoneses,  el tratado Kanagawa llegó en 1854 para reunificar el país y permitió que la producción de oro, plata y arroz incrementaran. Lo que dio paso para que la sociedad japonesa, mejorara su calidad de vida y pudiera desarrollar nuevas actividades económicas pre-capitalistas.

 

Fotografías que muestran el contexto que vivía Japón durante la era Tokugawa y Meiji. Entre ellas se ven los campos de té en Kyoto, los teatros de Yokohama, la ciudad Kobe y la preparación del mochi, postre tradicional japonés.

(Fotos tomadas de la biblioteca de imágenes www.oldphotosofjapan.com)

Fue así cómo el país emprendió su internacionalización en busca de nuevas oportunidades. Las ciudades se llenaron de campesinos y según "La política Migratoria Japonesa hacia América Latina", en la Revista Migraciones Internacionales, años más tarde el gobierno promovió la migración de estudiantes y trabajadores hacia algunas islas del pacífico, Estados Unidos, Canadá, Brasil, Perú, México, Argentina, Paraguay, Bolivia, Colombia, Cuba y República Dominicana, con el fin de que los japoneses exploraran la tecnología, cultura y ciencia moderna occidental, para luego llevar sus conocimientos de nuevo a Oriente.

 

Sin embargo, el desespero de desarrollarse industrial y económicamente, llevó a algunos líderes a sugerir a los migrantes que abandonaran el idioma, adoptaran el inglés y se casaran con americanos y europeos para vitalizar los genes. Es a partir de ese momento, que Japón deja su marca en la cultura occidental.

Desliza sobre la imagen para conocer el lugar de salida y llegada de los migrantes

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